De alguna forma, él me ha dado el valor necesario para no
ignorar mi pasión, aunque ella baile dentro de mí, como una bailarina borracha
que anda chocándose con todas mis emociones, estorbándose unas a otras, sin
tener ni idea qué hacer.
Él me ha
despertado a la vida, haciendo que ésta no sea tan sólo una sucesión de días en los
que sólo espero que el tiempo pase, sin una sonrisa, sin una ilusión.
Ahora
ella me empuja, quizás demasiado deprisa, y puede que me caiga mientras lo
intento, sí, pero mientras tanto disfruto de esa sensación de que algo me
levanta del suelo y me levanta en
volandas, convirtiendo mi vida en algo maravilloso y a la vez, sintiendo el
funesto desastre.
Hilave