domingo, 24 de noviembre de 2019



No sé que pasa, ni qué tormentas estás atravesando... 
sólo sé que se me amontona en las entrañas, la extraña sensación de que me piensas... 
te oigo en el silencio... 
es como si tuviera un hilo cosido a mi barriga y tiras de él hacia ti...
irrumpiendo en todos mis intentos de olvidarte... 
galopas por mi memoria, haciendo jirones a mis propósitos 
y desentierras del todo, todos los intentos de alejarme de ti... 
es un crujido fuerte, que me da miedo... 
A veces te acercas tanto... que te siento dentro de mí.. 
y a veces... es como si te fueras para siempre... 
y  entonces temo perderte... cómo si alguna vez te hubiera tenido... 
y me repito una y mil veces... que no puede el amor doler tanto... 
no puede el amor marcharse así... 
y entonces vuelves a mí... el mes de mayo... el primer beso... el primer temblor... 
vuelven tus ojos a mirarme como siempre lo hicieron...
 vuelven tus manos a tocar mi barriga... 
vuelves... y en tu vuelta... me pierdo...
y entonces... te empujo... me pinto en la frente... 
que he de olvidarte, que ya no puedo seguir aquí... 
cierro mis ojos... 
te doy siempre las gracias por coincidir conmigo en esta vida... y me marcho... 
pero... cuanto más tiempo pasa...más te echo de menos... 
que absurda ironía.. 
echar de menos lo que nunca has tenido... 
has de soltarme... o has de cogerme... 
suelta el hilo que nos sujeta... o tira fuerte de él... 
hasta que mis labios rocen los tuyos, tus manos vuelvan a coger mi barriga...
 mis ojos... vuelvan a mirarse en los tuyos... 
ya no es posible... seguir en esta locura de no amarte... cuando amarte más es imposible... Ya, ya sé...que esto es tan absurdo que hasta los ángeles se ríen...
 pero... deja de tirar de mi barriga... 
que ya... no quiero que sigas estando en mí sin tenerte... 
es hora de decir adiós para siempre... 
o es hora de cruzar la otra orilla... 
pero... da igual... 
estos son los pensamientos de una loca chiflada... 
porque tú... esto nunca lo sabrás...  

hilvane


Hay domingos cualquieras
En el que algo, llamémoslo magia, 
me empuja a lugares, sin saber el porqué,
pero siempre me lleva hacia ti

Allí estaba ella,
Sentada delante, escondiendo su cuerpo
En huesos pequeños sin carne, tan frágil
Que duele con sólo mirarla

Allí estaba ella,
Gritando tú nombre tan alto, que el corazón se encoge, y retuerce
Al escuchar sus palabras, tan suyas, tan duras
que me recuerdan a ti

Allí estaba ella,
Viviendo la vida, tan muerta
Seducida y enamorada de esa comida
Que la apresa y la engulle tan dentro, que apenas queda nada de ella

Y allí quedo yo,
Mirando a quién redacta esas letras
Laura, Tan frágil, tan fuerte, tan dulce tan tierna
Que coge mi mano, y me insta a llamarte, a provocar tú descaro
a abrazarte y decirte, cuánto te quiero


Bendito este instinto, que sale a buscarme
Y grita tú nombre tan alto, que casi puedo romper mi promesa
Pero luego, vuelvo a mi calma, recuerdo el silencio
Y me muerdo las ganas


Y sólo puedo escribir estas letras
Con el único pretexto, que sepas… Cuánto te quiero
Aunque no te lo creas…


Hilave