lunes, 29 de abril de 2013





MIS ÚLTIMAS LETRAS…

¿Cómo echar de menos a alguien que no conoces?  ¿Cómo temer perder lo que nunca has tenido? ¿Cómo no importarme morir en el intento sin haberte conocido?

Hoy te escribo, porque nunca más volveré a escribirte, porque nunca más seguiré esperándote. Sí hoy te escribo y estas letras se llevarán mis lágrimas, lágrimas absurdas, a destiempo, pero lágrimas. Lágrimas de un amor fallido, de un amor soñado.

Sí te amaba, tanto… que habría dado mi vida por ti, que habría borrado todo mi ser para ser tu ser, para ser tuya siempre. Tal vez por ello, nunca lo fui, era demasiado amor, demasiado… nunca creí poder decir que pudiera amarse demasiado, pero… así te amé, de una manera desordenada, incoherente, insensata, incontrolable. Así te amé y así te amo.

Y por ello me marcho, para ser sensata, para dejarte ir, para dejarme ir, para continuar, para seguir, para volver a amar, para olvidar, para olvidarte, para olvidarme de lo que fui contigo, de lo que fui capaz, de lo que sentí, de lo que viví, de lo que desee, de lo que maté, de lo que nació en ti, de lo que nació de mí, de lo que fuimos los dos, para nunca ser dos, para siempre ser uno…

Hilave 29 abril 2013


CAMBIA…

No desesperes, sigue adelante, pero cambia las reglas, cambia de acera, cambia de gente, cambia, simplemente cambia tu manera de caminar por la arena, tu manera de enfrentarte a las cosas, tus esquemas perfectos, sin esquinas. 

Cambia, si algo te duele, cambia, no te escondas del cielo, no borres las letras, no subas los muros. Cambia, cambia tu forma de borrar los errores, de tildar los dolores, de esquivar las lágrimas que encharcan tus calles, que inundan tus valles, que te ahogan en ese absurdo mutismo que te quema y te mata.

Cambia, no sigas tus reglas, que están obsoletas, que ya no te valen. Atrévete, a cometer más tachones, a pintorrear tus sermones, a reírte del mundo y de todos, empezando por ti. Atrévete a volverte loco, a no controlar lo que dices, a desatar tus deseos y tus manos, a desnudarte de miedos, de  bocetos, de esbozos, atrévete, a caminar bajo la lluvia y mojarte del todo. 

No, no desesperes, que todo es posible si cambias, si decides escuchar lo que sientes, si  abres tu corazón y tu alma y dejas que cante, que todos lo oigan, que todos te encuentren, atado a las fauces del mundo esperando que yo pueda verte.


29 de abril 2013


LLÁMAME LOCA

Llámame loca, porque no sé controlar lo que siento, porque camino sin rumbo por este laberinto incierto, porque las leyes del mundo no entiendo. Llámame loca porque mi corazón sigue dando vuelcos cada vez que te veo,  porque mi cuerpo no le hace caso a mi mente, porque no consigo olvidar, olvidarte. 

Llámame loca, por no poder callarme la boca, por no poder reprimirme el deseo, por no poder sentarme a tu lado sin besarte los sueños. Sí, llámame loca, por morderte la piel cada vez que te pienso, por beberme tus lágrimas, por desempolvarte las ganas, por respirar tu aire y dejarte sin aliento. 

Sí llámame loca, porque sigo fumando las hierbas del cielo, porque sigo bebiendo el vino del tiempo, porque sigo comiendo de ti, de tu cuerpo. Sí, llámame loca, porque aún sigo sintiendo, lo que ya nadie siente, porque aún sigo creyendo, que los milagros existen, porque aún sigo esperando que algún día sin buscarme, me encuentres.

Sí llámame loca, porque sólo una loca, te amará locamente…

29 de abril 2013




NO ME IMPORTAS

Me preguntaron si me importabas y por mi mente pasaron un montón de recuerdos. Recordé tu alma desordenada, tus ojos, vivarachos, con brillo, inquietos. Recordé tus manos, que acariciaban, que jugaban, que tiemblan. Recordé tu rostro, surcado de pliegues, de pecas, con la sonrisa de oreja a oreja.  Recordé tu voz, excitada, nerviosa, insegura, perpleja. Recordé que eras libre, independiente, contigo nunca estaría a salvo, discutiría, intentarías cambiarme, serías imprevisible, nunca terminaría de conocerte.

Así que contesté que No, que no me importabas.

Luego recordé a otro hombre, uno que luchaba por imposibles, uno que buscaba a alguien que le desbaratara el alma, alguien incontrolable, imprevisible, siempre latiendo. Sí recordé que quería un cosquilleo constante, risas, juegos, alguien que me comprenda. Alguien que lo humano lo suba al cielo, alguien que lo divino, lo baje a la tierra. Sí recordé quien era y me pregunté: ¿Por qué me conformaría con menos?

Hilave abril 2013