viernes, 26 de agosto de 2011

NO MERECE LA PENA MORIR POR UNA QUIMERA


                                   NO MERECE LA PENA MORIR POR UNA QUIMERA

En lo evidente de lo absurdo me pregunto: ¿Qué es lo que nos hace permanecer enganchados a una quimera y morir de amor? ¿Qué extraña fuerza nos atrae que caemos rendidos a sus pies?

Nos inventamos mil historias para mantener el tipo, para sostener esa hipótesis con la que poder seguir alimentándonos. Intentamos agarrarnos a esa historia que nos ha estremecido, meneado, golpeado e incluso asesinado.

Así al menos, tenemos algo donde aferrarnos. Así, no nos sentimos perdidos en esta selva, donde todos los principios han desaparecido, donde cada uno lucha por sus intereses, por sus convicciones, por su lado.

Nos aferramos a ese último aliento, a esa bocanada de vida, a ese temblor que nos ha dejado en la cuneta. Dan igual las heridas, da igual el dolor que nos ha proporcionado, da igual cuanta sangre derramada haya sido necesaria…

Creamos mil excusas para poder disculpar su comportamiento. Lo encubrimos, lo justificamos, lo defendemos contra viento y marea.

Necesitamos hacerlo así. Sino, no podríamos sobrevivir en esta tierra de nadie.

Nos atrae lo complicado, lo difícil, lo que es un imposible. En el fondo nos gusta la lucha, incluso con nosotros mismos.

¿Pero dónde está el límite? ¿Dónde empieza la farsa y dónde termina la verdad?

Podría decir que simplemente no hay límites. Podría decir que el amor no entiende de razonamientos. Podría seguir inventando excusas para mantenerlo a mi lado, para no arriesgarme a coger las riendas de mi vida.

Podría decir, que cada persona tiene su propio código. Que cada individuo, tiene sus razones personales para actuar de determinada forma. Que no siempre lo blanco es blanco, ni lo negro es negro. Que a veces, hay matices intermedios que olvidamos.

Podría decir, todo aquello en lo que creo, todo aquello que siempre utilizo para justificarme, para justificarlo. Podría interpretar sus palabras, sus caricias, sus miradas, sus silencios… pero, sólo sería una interpretación mía. Y tal vez, sólo tal vez, una de esas conjeturas diera en el clavo.

Estamos continuamente inventando. Nos creamos un papel y decimos amar a quien no amamos. E incluso decimos no amar a quien amamos. Nosotros creamos el guión a nuestra conveniencia. A la conveniencia de ese corazón que no sabe como librarse de los miedos, de las ausencias, de la soledad.

En el fondo todos somos unos cobardes. Tenemos tanto miedo al dolor… que evitamos todo aquello que pueda provocarlo. Incluso aferrándonos a un imposible. Sosteniéndonos a algo, da igual a qué. Lo importante es no sentirnos solos en medio de ese naufragio.

Sentir que tenemos algo donde cogernos. Para seguir sintiendo que estamos vivos, que sentimos. Que nuestro corazón no se ha helado, que sigue latiendo en medio de la tormenta. Seguir enganchados, para no desprendernos de aquella vez que fuimos felices…

¿Pero qué pasa con la felicidad actual, la verdadera? ¿Qué pasa con esos sentimientos que sí que están helados, bueno mejor dicho congelados en el pasado? ¿No será que nos aferramos al pasado para no enfrentarnos al presente?

Cuesta mucho descubrir, que no te queda nada donde agarrarte. Que la única opción, es comenzar de nuevo. Volver a construir desde ese vacío infernal en el que todo es árido y desierto.

Todo es incierto y desconocido. Estamos de nuevo en pañales. Hay que volver a aprender lo aprendido. Hay que desechar viejas creencia, para adaptarte, a esta tierra de nadie, donde cada uno sigue sus reglas.

Tenemos que volver a aprender a nadar, unos guardando la ropa y otros confiando en la gente.

¡Cuesta tanto empezar de cero! ¡Cuesta tanto confiar en el futuro! ¡Confiar en el destino!  

¡Cuesta tanto abrir tu corazón de nuevo!

Volver a desnudar tu cuerpo y tu alma. Volver a recorrer nuevos cuerpos, nuevos pensamientos, nuevos conflictos, nuevos silencios.

A todos nos aterra los cambios, aunque ese cambio, sea, alguien muy cercano.

Alguien a quien admiras y aceptas. Alguien que está ahí, tanto cuando ríes como cuando lloras. Alguien con quien la paz reina a su lado. Alguien que te hace reír, con quien las horas se hacen segundos. Alguien que responde a tu  llamada. Ese alguien, en quien piensas cuando estás triste y estás contenta.

Ése que abre el pecho en canal y expone sus credenciales… aunque sean dolorosas, hirientes e incluso desagradables…

Ése que sabe que las palabras que no se han dicho, se quedan sin decir. Y que una huida es siempre una derrota.

Ése que da la cara,  que alega en su defensa cuando algo te ha dañado, porque reconoce, que  no se puede dar una callada por respuesta.  Sabe, que ha de dar simplemente una explicación, aunque a veces no la haya. Incluso eso, tiene más valor, que dejar a la otra persona en la incertidumbre, en la incógnita.

Simplemente es ese alguien que está, que no es una ficción, ni es una invención de tu dolido corazón para no sentir la soledad.  

Pero en vez de destronar al fantasma seguimos inventando excusas…

Si me quiere, lo que pasa es que… Me ha hecho daño pero ha sido sin querer… No me llama, pero sigue pensando en mí… No me dice lo que siente, pero es porque no puede… Me muero de amor, pero él se lo merece…

Basta de escuchar la voz de esta tonta infeliz. Hoy he bajado los pies a esa tierra donde rara vez desciendo. Hoy ha hablado la cordura, esa con la que siempre ando enfadada. Hoy en vez de velar lo evidente con mascaras de colores, voy a mirarla de frente, voy a provocarla. Hoy, vamos a vernos las caras.

No nos engañemos, todo es mucho más sencillo.

Simplemente lucha por el amor cuando la persona esté ahí. Contigo, de la mano. Luchando juntos vuestras batallas independientes. Curando las heridas con mimo y amor. Cosiendo los desgarros con paciencia y tiempo. Dedicando tiempo en conoceros, comprenderos, compenetraros, ayudaros…

Lucha, simplemente lucha, cuando esa persona luche por ti.

No merece la pena morir por una quimera. 


                                                                                        HILAVE agosto 2011


miércoles, 24 de agosto de 2011

QUIERO CONTARTE UN SECRETO


Quiero contarte un secreto, quien soy yo, así en voz alta…

Hoy desnudo esta voz, descubro la tapa de este envoltorio y muestro las pócimas de este cocido que se cuece aquí adentro. De antemano, te adelanto que este puchero hierve muy fuerte, y que a veces, se desparrama hacia fuera.

Pero rara vez alzo la voz, al menos la que grita desde mi garganta. Sólo alzo mi palabra a través de este papel para aullar firmemente cuando algo me escuece en el alma.

No me acallan las críticas, ni los juicios de valores de los que se creen más fuertes, sólo la humildad generosa de aquel que para no dañar, se calla y espera. Aunque para ser sincera, me hubiese gustado ladrar más de una vez, e incluso pegar algún bocado a alguna lengua.

Porque soy lo que soy, y cuando ya no puedo más, paso del bocado  al asesinato en toda regla.

Soy demasiado drástica, lo sé, pero no conozco las medias tintas, ni los cuentos sin letras, ni las acrobacias sin artistas.

Esta mujer que habla, no sigue a la manada,  no acaricia manos sin  pulso, no atiende a conversaciones vanas, ni a mentiras piadosas.
Soy una loca quizás, pero perdono lo imperdonable, todos tenemos una razón para surcar mares con tempestades. Creo en el ser humano, creo en su bondad y su nobleza, se que a veces ella está condicionada por murallas opulentas.

Nunca insistas en que luche con tus defectos, que ellos ya conspiran entre tus dientes, deja que hablen tus ojos, ellos no mienten a distancias tan cercas.

Porque creo en la gente, esa que comete mil errores, que es imperfecta e impúdica, que aprende a base de golpes. Me ha enseñado la vida, que no es más noble quien engalana más honores, no es más sabio el que más habla, ni más necio el que se esconde.

Reniego si presumes, de grandes hazañas y posiciones, Tu abolengo lo marca cuantos agujeros tengas en los pantalones. Nunca pido credenciales, tus títulos lo dictan tus vocales, esas que caminan en tu bolsillo y con las que construyes tus frases existenciales.

No sé de estrategia en la batalla, soy inexperta en estratagema y artimañas, me duele la cabeza si he de pensar en enmarañar las palabras.

Ese es mi código de valores, demasiado raros quizás, pero yo soy así; diferente.

No me ajusto a las reglas del juego. No soy simpática, ni divertida; e incluso a veces me falla la risa. Me gusta descifrar en el silencio, lo que no se habla, lo que no se dice.

No me gustan los dobleces de puntas ni las maniobras de manos, que soy lenta para ver lo que se esconde detrás de la chistera del mago

Prefiero caminar bajo las estelas que habitar un hotel de cinco estrellas, almorzar sobre la arena cruzando mis piernas y transitar verdes avenidas donde no hay establecimientos ni tiendas. Me gusta lo sencillo, lo nimio, lo cotidiano.
Aunque siempre mirando desde otro plano.

Y si de amor hablamos, no me gusta lo fácil, lo depurado.

Sé que lo hallaré entre los escombros, desempolvando su mente inquieta. Sus labios hilaran vocablos y su voz hará que me tiemblen hasta las piernas. Verá más allá del disfraz en el que me escondo, me quitará una a una, todas mis caretas, trastocando mis verdades y descosiendo la decencia.

Le hallaré por sus pies cuando caminen, en su boca cuando bese, en sus labios cuando rían, en sus manos cuando la deslice por las curvas de mis caderas. Será libre de enjuiciamientos, provocará la parte tímida de mi entrepierna, abortará con sus axiomas mi raciocinio preñando de libertades lo recatado de mi conciencia.

Será un niño vistiendo de traje, jugando a despertar la pícara mirada que me desconcierta, me oculto tras finos modales pero lo profano siempre me tienta.

Le hallaré, en sus palabras llenas de sentido, en lo que calle, en lo que cuente. En ese miedo contenido, en ese viajar sin mochilas ni maletas. En sus mil caras, en su mirada inquieta, en la piel aletargada de recuerdos, en el dolor que ha cosido a esas heridas que no cesan.

Le hallaré porque no esconde lo que siente, porque se arriesga, porque lucha en batallas perdidas y nada nunca le desalienta. Le hallaré porque se aproxima lentamente, atándose a mi piel sin que me entere, colmando de sonrisas mis lunas y atiborrando de carcajadas los bolsillos de mi chaqueta.

Caminará visible mi mismo camino, no a mi lado, que es demasiado cerca, que mi libertad ignore que existe, que ella no entiende de fronteras.

Me enamorará por lo que escribe, porque descifra todo lo que escondo entre estas letras, porque es aprendiz de hechicero y maestro en enlazar vocales en fonemas.

No soy devoradora de hombres, sólo engullo palabras. En la cama soy río manso de besos, disfruto acariciando la rima y sofocando los versos. Si tienes prisa detente, no sé sentir con velocidad desatada, susurra a mi oído tu canto, recorre mi piel enlazando la lana.

Sonrío si tú sonríes, me gusta acariciar la piel de tu letargo, y despertarte a la vida, sólo con mis labios.

Si he de amar; amo, hasta las últimas consecuencias, huyendo de los amores mediocres, de ésos que solo rozan la superficie y nunca traspasan la puerta.

Si he de llorar, lloro, no me avergüenza admitir que me has dañado. Aunque me alejaré. Que nunca veas que he llorado, que nunca sepas el porqué de ti me he alejado.

Si he de olvidar, olvido… sin moras, ni clavos, ni falsas tiritas que camuflen lo que siento. El tiempo, sólo el tiempo… ése es mi antídoto perfecto…

Demasiado complicado quizás, pero así soy yo, inquieta. Siempre buscando lo espinoso, lo que no existe, una quimera. Sigo creyendo en el amor, en la alma gemela. En los lazos invisibles, en la magia, en las pócimas secretas.

Soy hermética quizás, nunca podrás saber si soy feliz o llora mi pena, aprendí a disfrazar la tristeza. Y cuando te des la vuelta, volverá mi oscuridad, mis tinieblas, esas que siempre intento ocultar, para que nunca descubras mi esencia.

Posiblemente debería callar, amordazar mi sinceridad en adornados regalos, pero, no aprendí a disimular, la autenticidad es mi bien más preciado.


No sé vivir arrastrando mis pies, aprendí a elevarme para comprender al ser humano, esa casta en la que me incluso, con sus virtudes y sus fallos.

Ésta soy yo, desnuda hasta las venas. Ésa que tal vez nunca descubras, porque se esconde entre los valles y las laderas.

¿Ésta soy yo? ¿O… me disfrazo en estas letras?


                                                                                                        HILAVE agosto 2011

jueves, 18 de agosto de 2011

CAMINO Y CAMINO, PERO NO LEVANTO EL VUELO


                CAMINO Y CAMINO, PERO NO LEVANTO EL VUELO                

Camino y camino, buscando el momento
Suena la música, danzan mis pies y mi pelo
Levanto mis alas e imagino que vuelo
Pero tu nombre acaricia la brisa y desciendo

Me levanto, me recompongo y comienzo
Me lavo la cara y busco algún beso
Pero entre sus brazos, no tiembla mi cuerpo
Ni gritan mis ansias, ni arde  mi fuego

Construyo castillos, de arena y remiendos
Pero cuando el sopla el aire, tu aroma se mece en el viento
Y allí quedo yo, sola de nuevo
Entre escombros y sueños

Y me enfado y me crezco
Y lucho y te venzo
Pero cuando suena la música y oigo los versos
Desciendo a mi mundo…  y te huelo

Y grito, hasta que se asfixia mi voz
Pero cuando llega el silencio,
Cuando las luces se apagan y se callan los cuervos
Vuelvo a mi guarida, y te huelo…
 
¡Oh Dios! ¿Qué voy a hacer con esto que siento?
Si camino y camino, pero no levanto el vuelo

                                                               Hilave agosto 2011 

miércoles, 17 de agosto de 2011

YA NADA IMPORTA


                                                           YA NADA IMPORTA

Ya no importa, qué pasó o a dónde fue. No importa, que pudiera o no quisieras, simplemente fue lo que pudo ser.

Ya no importa, lo que tú sintieras. No importa, lo que tu corazón guardó, ni importa que nunca dijeras un te quiero, ni que nunca me dijeras adiós.

Ya no importa, que llegaras y te fueras. No importa, para qué sirvió. No importa, que tus miedos te pudieran o que simplemente no sintieras amor.

Ya no importa, lo que mis labios hablaran, ni importa, lo que ellos mató. No importa, lo que tus ojos dijeran. No importa, lo tu boca pronunció.

Ya no importa, si en nosotros creía, si hubiera luchado por tu amor. No importa, si hubo lazos invisibles, ni si el cielo fue quien conspiró.

Ya no importa, que mi mirada fuera triste, ni que tus manos retuvieran la intención. No importa, quien fuera el culpable, si eras tú o era yo.

Ya no importa, si abandoné la partida o no luchaste por mi amor. No importa, si no me quisiste, ni importa, que te quisiera yo.

Ya no importa si en ti creía, ni si amaba tu dolor. No importa si soñaba con tu sonrisa o adoraba el tono de tu voz.

Ya no importa, si hubo días grises, porque el sol siempre alumbró. No importa, si callado anduviste porque el silencio es mi canción.

Ya no importa lo que no diste, porque me diste lo mejor. No importa, si alguna vez me decepcionaste, porque también te decepcioné yo.

Ya no importa, lo que tú sentiste, fue lo que sentí yo. No importa, si tú aprendiste porque a mí me despertó.

Ya no importa, si te marchas o  me marcho, aunque la huida nunca es la mejor opción. No importa, los dos perdimos, a mí me hizo daño pero a ti te mató.

Ya no importa, si deseaste algo más que mi cuerpo o simplemente fui el final de otra canción. No importa si era sólo sexo o era algo llamado amor.
                
Ya nada importa, aunque amar no es una elección, no elijo a quien necesito o echo de menos, elijo marcharme, cuando mi presencia sólo te causa dolor. 

Ya nada importa si me quisiste o te quise yo, en realidad  ¿A quién le importó?   


                                                                             HILAVE agosto 2011

martes, 16 de agosto de 2011

SOY FIEL A MI PALABRA

       
           SOY FIEL A MI PALABRA


 Se muere el último gemido y en la agonía de este sentir se demora la derrota. Se muere la aguja que hilvana los pespuntes de este traje, pero entre lágrimas de hielo se conserva lo imposible.

Elevo el verbo, asfixio el aire, hasta que el hueso se fractura y se deshacen los pedazos. Pero renacen voces de requiebros entre las astas de este esqueleto que reniega de tu estirpe. Germina la flor que se abastece de este asesinato frustrado que llora en silencio.

¡Cuánto duele a veces lo que digo! ¡Cuánto duele a veces lo que callo!

Pero soy fiel a mi palabra, aunque supure la sangre entre mis labios.

Porque soy estrella añorando cielo, soy ola mendigando mar y en el horizonte del vocablo, se destapa la verdad, ésa, que a mi me daña, ésa, que a ti, te mata.

Se muere aquel último minuto, ése que pudo pararlo todo y salvarlo…

Enveneno un absurdo, hago una promesa y me marcho.

Y en la fragilidad de este silencio, muerdo la lengua que distraída te pronuncia, ato los brazos que se abren a tu paso. Distraigo a mis pensamientos moribundos, los enredo en el aire y los mato.

Tarasco las ganas de tu voz. Guillotino este paseo errante por los pasadizos de mi hambre. Aniquilo esta soledad que impreta la imagen borrosa de tu sangre, empachándome de entes, hasta saciar la oquedad de tu recuerdo y vomitarlo.

Y aunque a veces, maldiga lo que dije, y condene lo que callo…

Soy fiel a mi palabra, hice un pacto con el diablo.


HILAVE agosto 2011 

viernes, 12 de agosto de 2011

SERÁ QUE ES LUNA LLENA


                 SERÁ QUE ES LUNA LLENA


Despierta la lúgubre luz de los ancestros, el misterio que se encierra en ese cielo.

Suenan tambores de guerra, retumban en el origen de mi pecho, todos los latidos perpetuos que imploran tu nombre.

Se acalla la voz y aúlla el llanto.
 
Destripo las maniobras suculentas de esta mente, que se atiene a los pactos de la piel, para no tener que enfrentarse a los flujos de su sangre.
 
Hoy penetro lentamente entre mis venas, recorro sin atajos los designios de mi estirpe, los pactos insolutos que esperan ser pagados.

Gritan los lobos y los espectros y penetro en las entrañas de este entramado, para desenterrar la sombra del pasado, para desenmarañar los hilos que me atan a los fantasmas, a las formas invisibles de mi persona.

El firmamento se tiñe de negro, la luna llena va apareciendo cual penumbra despierta a la luz, y retoma la partida para mostrarme los enigmas de la noche, los secretos arcanos de un temblor que suena en mi pecho, de un sentir y no sentir los dictados de mi carne.

Tenues sentimientos emergen a la silueta del fuego. Olores, colores que me regresan a mi origen, al manantial donde se fecundó el primer latido. A la bisectriz donde giró el primer esperma, al útero donde se engendró este palpitar que camina sin rumbo y sin fronteras.  

Al inicio, del inicio, al principio del fin.

Regreso al primer instinto, a lo primitivo de mi linaje, al primer sentir entre mis dedos la caricia de tus palabras. Regreso al tacto indivisible de dos seres formando uno, de dos almas pactando encuentros, de dos células formando un solo cuerpo.

Hoy mi voz te implora en voz alta, reclama de tu presencia en el albor de la noche mágica. Apela al tribunal de tus miedos, al juez de tu templanza, a la tesis de tu cordura, al germen de tu voz callada. Apela al preámbulo de los silencios que nos une, al génesis de los dolores que nos atan, a la penumbra de los destellos que nos ciegan, al eclipse de los espejos que delatan.

Será que es luna llena, y la fiera aúlla en mi garganta, destripando misterios, enseñando garras.   



                                                                                                  HILAVE agosto 2011 



miércoles, 10 de agosto de 2011

SIMPLEMENTE SEXO


Nada de preámbulos, nada de cortejos, de arrumacos, de complicidad o de sentimientos.

Dos cuerpos desconocidos en el mismo lecho, dos manos que aún no se han acariciado tocando nuestros sexos, dos labios que no conocen el sabor de esas bocas jugando al deleite perfecto, dos cuerpos que no hablan, intercambiando simplemente fluidos, es eso.

 Tú preocupándote por tu erección, yo por si mis pechos son demasiado pequeños. Tú intentando mantener la atención, yo pensando en que me sobran quinientos gramos y tal vez por eso no te guste mi cuerpo.

 Es simplemente un apagón de fuegos, de instintos primitivos que se encienden y se apaciguan con un fuera y adentro.

 Un “ha estado muy bien” siempre la misma respuesta. Algo que no se cuestiona, que no se interroga, en el  fondo, ninguno quiere saberlo. Tú hacia un lado, yo hacia el otro, y mañana cuando el alba despunte me iré para no enfrentarme a mis miedos.

 ¿Para qué?  ES SIMPLEMENTE SEXO

 Atrás quedó aquel tiempo en el que descubrir era lo  más importante. En el que se hacían las cosas despacio, en el que se desvestía primero el alma y después al cuerpo.

 Tenemos demasiada prisa, no hay tiempo para eso. Ahora prima la cantidad. Cuan grande tiene el pene, cuan grande tiene los pechos, cuantos orgasmos he tenido, cuantas veces lo hemos hecho. Con cuántas esta semana, con cuantos he cenado primero…
¿Cuántos, cuántos, cuántos…cuántas, cuántas, cuántas?

 No hay espacio para tonterías, esto es lo moderno, lo actual, lo que se lleva.

 Pero, yo me siento vacía ¿Tú te has adaptado a este juego?

 ¿Dónde quedó el juego de miradas? ¿Dónde el acariciar las manos primero? ¿Dónde alimentar los sentimientos? ¿Dónde descubrir nuestros cuerpos?

 Tú preocupado por dar la talla, yo con que me desnudes con la mirada, me trences el pelo, deslices tus dedos por mi espalda o acaricies lentamente mi cuerpo.

 ¿Dónde quedó el enamorarme primero? ¿El destramar poco a poco lo que late en mi pecho? ¿Dónde un ignorar los tamaños para que primen los sentimientos?

 ¿Dónde un golpe de latidos? ¿Dónde los abrazos furtivos y besos? ¿Dónde un admirar y un deseo?

 ¿Dónde el compartir los temblores? ¿Dónde hilvanar las pablabas al beso? ¿Dónde un derroche de piropos? ¿Dónde las risas y el juego?

 ¿Dónde quedó el investigar los lugares secretos, el bucear con tus besos, el sorber los manjares, el deleitarse entre mis dedos?

 ¿Dónde quedó el adaptar poco a poco los cuerpos, el aprender a sincronizar  dos labios y un sexo, el despertar los sentimientos entre las miradas y un roce de dedos?

 Nos saltamos al menos siete pasos ¿es que nadie se da cuenta de eso?

 No, no tenemos tiempo, el sexo no funciona, me voy en busca de otro que haga gozar mi cuerpo. Nada importan los sentimientos.

 Frustraciones, fracasos, desilusiones, decepciones, desengaños y lamentos.

 Son tan altas las expectativas que hemos puesto, que al final no llego a la altura del cuento.

 Así que me vuelvo al primer latido, a desenterrar cual es mi orden perfecto.
Tal vez no sea moderna, actual, pero ahora que me detengo, sé que es lo primero.

Con tantas prisas olvidé, que todo tiene su tiempo.

                                                                                                      HILAVE agosto 2011


martes, 9 de agosto de 2011

SOY LO QUE HE APRENDIDO A SER, aunque posiblemente no sea lo que soy

                                    


Soy lo que he aprendido a ser, aunque posiblemente no sea lo que soy  

Declaro que llevo varias décadas caminando, que no siempre hice lo correcto y que a veces me arrepiento de ello. Pero no por eso voy a fustigarme, ni odiarme ni maltratarme. Siempre hay una razón para no hacer lo acertado. 

 Si mis errores hicieron daño a otro, fue sin querer, aunque tal vez en el fondo una parte de mí quería hacerlo. A veces para apartarte de mi lado, porque no tengo el suficiente valor como para decirte abiertamente lo que siento. Otras veces para que dejaras de amarme, porque creo que no soy merecedora de tu amor o simplemente para culparme por no hacer las cosas bien, así tengo la justificación para volver a hacerlas mal.

 Si mis errores me dañaron a mí, posiblemente debía aprender algo de ellos. Si me quedé a tu lado  mientras me hacías daño, aprendí a ser más  fuerte, comprensiva, tolerante, indulgente, transigente. Si grité cuando debía callar aprendí a expresar, a revelarme, a posicionarme, a imponerme. Si callé cuando debía hablar aprendí  a respetar, a considerar, a estimar. Si me marché cuando me debí quedar aprendí a cuestionarme, analizarme, confundirme, determinarme.

  Hemos crecido creyendo que siempre debíamos hacer lo correcto,

  ¿Correcto para quién?  ¿Quién dispone lo que es correcto o erróneo para mí?

¿Tú que has nacido en otra cama, en otra casa, en otra familia, en otra circunstancia, en otro ambiente, en otra sociedad, en otro país, en otra cultura, en otro sexo, en otro, otro, otro… diferente al mío?

¿Tú que no sabes lo que es la indiferencia, el menosprecio, la renuncia, la repulsión, la crítica, el abandono, la soledad, el miedo, la angustia, la violencia, la violación, la insatisfacción, la tiranía, la manipulación?

¿Tú que nunca tuviste que callar, llorar, gritar, patalear, ahogar, sepultar, ignorar, asesinar, mentir, asfixiar, oprimir, desesperar, competir?

¿Tú que tienes casa, familia, amigos, trabajo, dinero, amor, paz, serenidad, tranquilidad, armonía, bienestar?

¿Tú que tuviste el tiempo suficiente para resolverte, comprenderte, escucharte, sostenerte, abrigarte, alimentarte, analizarte?

No, no me taches de infantil, inmaduro, egoísta, dependiente, interesada, liberal, presumida, miedoso, hedonista, manipuladora, embustera.

No, no me taches de bondadoso, varonil, generoso, fiel, amable, altruista, desprendido, complaciente, sumiso, dócil, manejable.

Soy lo que he aprendido a ser, aunque posiblemente no sea lo que soy.

He intentado sobrevivir en este mundo con las herramientas que he aprendido. Tal vez no sean las más apropiadas, acertadas o convenientes… pero son las que tengo hasta que sea el momento adecuado para cuestionarlas, objetarlas y cambiarlas.

Soy lo que soy, y lo he hecho lo mejor que he podido, dentro de lo mal que lo haya hecho.  Aunque de ahora en adelante prometo que intentaré no enjuiciar, criticar, inventar, interpretar, dictaminar, condenar, calificar, sentenciar…

E intentaré comprender, silenciar, apoyar, defender, perdonar…

 Y por todo esto, intento comprenderte…

 A ti que anduviste por mi mismo camino uno, dos o tres días.  Porque intuyo que fueron los días que pudiste ofrecerme, a costa de tú soledad, libertad, individualidad.
 A ti que te consideré un egoísta por marcharte, abandonarme, no lucharme, porque  supongo que te enfrentaste a tus miedos, los guardaste, empaquetaste y sedaste, aunque a  veces esto no sea suficiente para acallarlos. 
A ti que taché de inmaduro e infantil, porque nunca sabré que mares tuviste que surcar cuando eras niño.
A ti que taché de dependiente emocional, porque no sé cuanta indiferencia, menosprecio, frialdad o mutilación tuviste que soportar.
A ti que me usaste como trampolín porque tuviste el valor de tirarte a la piscina aún cuando no sabías si habías aprendido a nadar.
A ti que quisiste encarcelarme porque sé que la soledad y el abandono te esclavizan.
A ti que usaste la violencia para callarme, porque posiblemente nadie te trató con respeto y amor.
A ti que huiste sin dar una explicación, porque  no sé la de veces que tuviste que huir para no sufrir.
A ti que no parabas de trabajar, porque quizás a alguien tenías que demostrar que eras listo e inteligente.

 No sé nada de ti, pero antes de juzgarte intentaré entenderte…

 Y por mi parte decirte que simplemente he cometido un error, o dos o tres, no he matado a nadie, AUNQUE TAL VEZ HAYA MATADO ALGO, a veces incluso a mi misma.

 Y POR ESO PIDO PERDON… y te agradezco que intentes comprenderme.


                                                                                                               HILAVE agosto 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

ANIQUILAR EL DESTINO IMAGINARIO


                                            ANIQUILAR EL DESTINO IMAGINARIO 

En la ambigüedad de lo indecible, se define una respuesta, escrutando los atajos que recorres para no enfrentarte a un definir lo que entre tus entrañas se fragua.

En lo promiscuo de las decisiones, se silencia el llanto, se trafica con lo inviable y se especula con el hilo hablador, que en silencio, destrona a la grieta que sangra los recuerdos.

Entre las paredes del destierro, se estafa a los sentimientos, se asesina un imposible, cortando los lazos que incrustan indefensiones en el alma, en ese vacío aterrador donde se esconden las lágrimas.

En el letargo de tu deseo, se asesina un absurdo, in franqueando  la debilidad de la carne para destronar con las letras los temblores de la sangre. Perpetuando las sombras que agasajan el decapitar del verbo.

Y en el anacronismo de la espera, se aniquila la certidumbre, se gira la esperanza, y el vacío del sentir se emborracha de huida, cortando el lazo destructor que nutre lo posible, aniquilando lo indefenso del destino imaginario.


                                                                                     HILAVE agosto 2011