Me preguntas si lo
quiero y un crujido desgarra mi garganta. Ya no puedo pronunciar tu nombre, te
lo llevaste para siempre aquel día en el que mataste el sentimiento. Y lo intenté,
te juro que lo intenté amarte hasta la muerte sin importarme tus desaires. Y seguí
ahí, a pesar de tu no estar, y te amé, como se ama de verdad, deseando que
fueras feliz, a pesar de no ser conmigo. Pero, el amor no puede alimentarse de
mentiras. Y aquel día, en el que el destino cruzó nuestros caminos, me colmaste de detalles cuando sólo fuiste silencio en todos mis
mensajes y fingí que nada importa, pero importa. Ahí entendí que nunca me
quisiste, que solo fui un juego entre tus manos…. Y te maté, como mato cuando
amo, de raíz para nunca más volver a amarte….
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