domingo, 3 de julio de 2011

VUELVE AL PRIMER MIEDO PARA ENCONTRAR LA MUERTE DE TU SUSPIRO

Desnudo la voz, para sentirla, para destramar el inicio de este temblor que destruye lo que es, para no ser…

Circunciso los axiomas atados a mi carne, acariciando entre sollozos la lúgubre penumbra del pasado. Se alzan los silencios inconclusos y se desvelan los estigmas de este recorrer parado por los pasadizos siniestros del pecado.

Llueven capas de esperanza en el filo laminar de esta lengua que se desviste para pronunciar las palabras aniquiladas por el tiempo. Se difuminan las tenues miradas y observo con los ojos abiertos la mano subyacente del que llora.

¿Cuándo subrogué el suicidio de mi sangre? ¿Cuándo sentencié los gritos de mis manos para enarbolar las caricias cautelosas?

Resucito sin presencia de la muerte entre las fosas mortuorias de este mundo. Destripo los adentros de las fardas  ficciones y renazco desnuda de fariseas creencias amparada en la cumbre insurrecta de mi estirpe.

Ya no hay gritos de fantasmas, ya no me aferro a la tierra que piso para permanecer sepultada por las sombras. Ya no enjuicio tus verdades piadosas ni me crezco manipulada ante las mentes diminutas. Me emancipé de tus brazos amorosos con grilletes que sepultaban a este ser que se evaporaba entre las grietas para escapar de las rejas de la infancia.

Vuelvo al manantial donde se plantó el primer suspiro, donde con cadenas sepultadas se silenció las voces insurrectas de mi carne. Vuelvo a destramar los canales anegados de mentiras, los campos mórficos de este sentir enclaustrado entre paneles de compostura.

Vuelve al primer miedo para encontrar la muerte de tu suspiro.


                                                                                                                     HILAVE junio 2011


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