jueves, 28 de abril de 2011

EN LOS CONFINES DEL VIENTO

En los confines del viento


Tal vez algún día, cuando el invierno te despierte una mañana, encuentres en el bolsillo de aquella chaqueta olvidada el tacto de mi piel doblada en mil pedazos. Tal vez al rozarla, tus manos saborearán el sabor de aquel recuerdo y recompondrán los pliegues remendando los desgarros del tiempo.

Quizás, el olor de mi aliento aún circule por tu casa y la fragancia penetre por la curva de tus zapatos llenando toda tu calma. Un antes bailará de puntillas por tus pupilas, te agarrará de las manos y danzaremos al son de una guitarra. Y un después dará paso a la incertidumbre de las sombras, al esqueleto invisible de la esperanza al encuentro fugaz con la memoria.

Y quizás, las palabras tomen el mando, derrotando al silencio que se negaba a perder su sitio, que alborotaba al miedo y te hacían salir huyendo. Y tal vez, esos pies que caminaban hacia atrás reconocerán sus pasos, y aquellas dudas que vagabundeaban por tus poros, darán paso a esa certeza que siempre negabas.   

Tal vez algún día, al nombrarme palpite tu pecho entre caballos blancos, navegues por mi cintura y cabalgues lentamente en tu letargo, traspasando fronteras de barro, sepultando fantasmas opacos y despertando del dormir profundo dentro de las paredes de tu naufragio. Tal vez las murallas altas se hayan derrumbado y vuelvas a las letras donde se fraguó el primer latido, donde mataste esa historia que no te atreviste a sentir entre mis brazos.

Tal vez algún día, alguien profane tus verdades, les de nuevos colores y te olvides del mañana, para saborear el ahora, el sentir profundo por las avenidas de los espejos, de las almas moribundas que se abrazan a tu brazo para salir de los escombros, para saborear el sabor de la victoria, para deleitarte con la música que juguetea con tus oídos para bañarte entre mis manos.

Tal vez algún día, al sentarte, abras los botones de tu chaqueta,  te acomodes a los platos sin forma, a las mesas sin tabla. Volarán los elefantes rosas, y trenzarás el aire para elevarte al cielo. En el puzzle de tus comedidas acciones se despistarán las piezas, habrá huecos en blanco, no encajará la partida, se extraviarán las reglas y navegarás sin barco.

Tal vez algún día, Te atrevas a desbancar tus excusas perfectas, tus coartadas sin muerto, tus pretextos sin formas. Y al rozarme con tus dedos, profanes el latir callado de esos miedos, lo azuces a danzar sin agua, a volar sin aire y a romper las cadenas del destierro más allá de los limites de la cordura y el respeto.

Tal vez, sólo tal vez algún día, cuando te quites la chaqueta, encuentres mis latidos escondidos entre los pespuntes del recuerdo, y tal vez, sólo tal vez, aún te esté esperando en los confines del viento.









                                                                                                          HILAVE Abril 2011

   

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