domingo, 18 de septiembre de 2011

MUERE TU NOMBRE


MUERE TU NOMBRE

 Ni amor, ni deseo, ni simplemente sexo…

Agonizan las voces que escupían tu nombre en la mendacidad que eleva el llanto. Y en el derroche de dolor gratuito; comprendo, la hipocresía con la que mantenías este sentimiento.

Bulle la pena, eclosionando en una catarsis  de verdades escondidas. De silencios manipulados, de disfraces de nobleza, de esa sinceridad ambigua con la que me atabas a las sombras.

Paseo  sigilosa por los momentos de mi historia, de tu historia, de nuestra historia. Y la estupidez se viste de largo en un baile de máscaras, donde la mentira se pasea a sus anchas sin más traje que la ignorancia.

¿Qué fue entonces, pitufilla, pelusilla, cielo, todo ese despilfarro de palabras? ¿Qué fueron  aquellas miradas? ¿Qué fue aquella mano que acariciaba mi vientre? ¿Qué fue del sentimiento que se prendía debajo de la almohada?

Mentira, todo mentira...

Se extingue las sombras en el filo demoledor de toda esta farsa.  En el regocijo inhumano del que todo sabe y todo calla. En ese querer embustero, que se vanagloria de ser honesto y ecuánime con sus palabras.

En ese juego de dardos a un corazón que clama, en el que nada importa, en el que el querer, es una patraña.

Muere tu nombre en la noche clara. Porque no hay mayor mentira, que aquella, que solapadamente alimentas, bajo el regazo del que no habla.

                                                                                                             HILAVE septiembre 2011


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