jueves, 28 de octubre de 2010

QUIERO ESTAR SOLA, QUIERO OLVIDAR

Perdida entre los entresijos de mi morada, busco sin buscar mi rumbo. He parado a descansar, a encontrar esa callejuela que me lleve a la salida de este laberinto en el que me he extraviado. Fui para volver y me encontré vagando entre avenidas insulsas donde todo carece de sentido.
Cansada de buscar me vuelvo para mi mundo, que nadie me llame, que nadie quiera entrar en él, ahora cierro la puerta, quiero estar sola, quiero olvidar.
Quiero perderme entre mis letras, entre esas historias que invento, escribo para vivir.
Necesito sentir que aún me queda tiempo, que todo no has sido en vano, que mereció la pena tanto esfuerzo, tanta lágrima derramada, tanto apuesta por nada, tanto esperar a que un día llegaras. Pierdo mi fe y necesito recuperarla. Necesito encontrar ese lugar donde anidan mis sueños, donde se despiertan mis esperanzas, donde puedo ver lo que ahora no veo.
La ceguera empaña mis madrugadas, perdí la visión de tanto buscar y no encontrar nada. Todo está oscuro, todo ha perdido su brillo, su color, su ritmo. Me aferro a esos destellos que de vez en cuando surcan el cielo, pero, poco a poco me desato de la cuerda que los ata y me escapo hacia adentro, hacia la oquedad de este silencio que me acompaña, hacia el inframundo de mi vida cansada. Necesito descansar, oír las voces honestas del que habla, escuchar los susurros del alma, abrazarme a mis recuerdos, acurrucarme en la almohada de los bueno momentos, necesito volver a sentir aquello que hoy se escapa entre las ranuras de mi vida postergada.
Me cansé de vagar por el mundo, de buscar entre los escombros alguien que surcara mi mismo cielo, que planeara muy lejos de la mezquindad y la desgana. Pero siempre me encuentro errando entre nimias palabras, escasos pensamientos, siempre tropezando con las aristas del mundo, rasgando sin perdones mis esperanzas, desgarrando la piel de mis suspiros y descosiendo de mi traje la silueta de tu cara. Siempre las mismas penas, las mismas miserias gastadas, las mismas manos deshonestas, las misma opulencia de artimañas.
Me voy a mi mundo, me encierro entre las paredes de mi casta, esa que comprende lo que sufro, esa que siempre me acompaña.
No pegues a la puerta, ahora está cerrada, no quiero intrusos, no quiero gente que choca con mi casa, no quiero fisgones de mi alma, no quiero que penetres más allá de la frontera que mi cuerpo te marca. Aléjate de mí, no quiero amotinadores de mis sentimientos dormidos, no quiero alborotadores de los recuerdos que me empañan, no quiero insurrectos en mi alcoba, sólo quiero estar sola y sólo quiero olvidar.
Que nadie urge en mis heridas, que nadie sepa que me he sentado en el abismo de mis recuerdos, impidiendo que se desplomen al precipicio, frenando que de mi lado se vayan. Quiero inmolar lo sufrido, quiero cerrar los ojos y volver a sentir la calidez de una mirada, la complicidad de formas, el acople perfecto de dos almas. Que nadie me quite mis remiendos, que nadie usurpe esos sentimientos que nacen de mis entrañas. Que nadie interrumpa mis pensamientos, que me dejen tranquila dentro de mi coraza.
Que sólo quiero estar sola, que sólo quiero olvidar.
Me marcho para seguir sintiendo, para no perder la certeza y la confianza, para volver a mis orígenes, para adentrarme en la parte primitiva de esta mujer que se cansó de ser sensata.
Quiero caminar desnuda, deshacerme de todos los lazos que me atan, introducirme en la parte oculta de mi cueva, en la parte escabrosa de mi morada. Quiero mirar frente a frente a mis miedos, enfrentarme a ellos y ponerles cara, que nunca más paralice mis acciones, que nunca más mantengan mi boca callada.
No te acerques a mí, que quiero ahogar mis penas entre acordes y guitarras, no golpees la puerta, ya te he dicho que está cerrada. Así permanecerá por mucho tiempo, ya no quiero aventuras nuevas ni gente vana. Me cansé de dar explicaciones, me canse de ocultarme entre los velos que cubren mi piel de sensaciones varias.
Me camuflo entre mis letras, me inserto entre los párrafos de mis páginas, me encierro en el mundo gigante de los libros, me invento mil aventuras y vivo el amor perfecto de dos almas.
¡Dejadme tranquila dentro de mis recuerdos! ¡Qué nadie interrumpa este navegar por las grutas de mi infancia! Necesito volver a  mis orígenes, a las manos limpias y la boca sabia.
Qué el mundo se detenga, que no quiero seguir girando entre cabriolas y acrobacias, soy mucho más humilde, voy a corazón abierto con la franqueza como coraza, cansada de darme la vuelta y echar a correr porque de nobleza tu no te acicalas.
¿Cuándo te darás cuenta? ¿Cuándo bajarás tus armas?
Batallando por escalar peldaños, por subir de golpe la montaña, intentando ver la cima de la cumbre sin disfrutar los enigmas de la escalada.
Hay un mundo de luces que iluminan tus pisadas, que te indican el camino, que te muestran claramente en que lugar encajas.  Pero te empeñas en complicar lo simple, en marañar los designios, en entorpecer lo que el cielo te regala.
¡Es todo tan sencillo! Hay tantos lazos invisibles que te hablan, que te muestran el pasaje de tu estirpe, que te indican los hilos que se han cosido al destino que para ti se marca.
Pero insistes en mirar con los ojos, en vez de sentir con el alma, haciendo caso a tu razón y desterrando lo que tu corazón te habla.
Las evidencias corren por pasadizos oscuros, se ocultan para que tú eleves tus alas, mires fuera de ti, dejes de llorar por  nada.
Que imbéciles somos a veces, ignoramos lo sublime de una mirada, desvaloramos a quien te tiende la mano y elevamos a quien de enigmas se engalana.
¿Alguien puede decirme porqué callamos? ¿Por qué ocultamos lo que sentimos cuando es tan bello amar? ¿Por qué dejamos escapar a las personas por nuestros egoísmos y miedos? ¿Por qué siempre buscamos algo más?
¡Es tan difícil sentir un beso! ¡Es tan complicado un acople perfecto! ¡Es tan inusual calzar la nobleza en los mismos zapatos!
No, mejor olvidar… Es mucho más fácil que luchar por lo perdido, por lo que hemos dejado escapar.
¿Cómo dejar el ego a un lado? ¿Cómo abrir los labios y decir un te amo?
¡Cómo darnos cuenta que esta vida es un suspiro y mañana no sabemos si estaremos en ella navegando! ¡Cómo aprovechar este instante, este que ahora te regala la vida para sentir, para besar, para acariciar, para hablar, para reír, para oír, para caminar, para contemplar la belleza, para simplemente vivir!
No, mejor olvidar… meterme en mi coraza y esperar…
No roces mis pupilas, no palpes mis lágrimas que se derraman, me encierro en mi mundo, me escapo de esa humanidad que esconde sus sentimientos para que nada les dañen.
Me cansé de sus ruidos, de sus gritos escondidos en sus gargantas, de sus sentimientos disimulados, de esa falta de confianza.
Me reuniré con mis recuerdos, me sentaré a la mesa con la esperanza, restituiré lo perdido, y dormiré esperando a que un día pegues a mi puerta, seguro de lo que amas. Me enamorarás con lo que escribes, con la pluma que empuñas en tu mano tibia y calmada.
Sé que aparecerás un día, y mientras tanto, mientras espero, cierro la puerta, me meto en mi mundo. Quiero estar sola, quiero olvidar.

Hiladora del viento 27 de octubre 2010

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