lunes, 4 de octubre de 2010

SE ESCAPARON LAS PALABRAS

SE ESCAPARON LAS PALABRAS

Miro a tus ojos y lloran mis labios, se fueron las voces en el tiempo, se esfumaron los sueños, hasta se escaparon las palabras.
La nada acompañó nuestro encuentro entre suspiros inciertos, el tiempo corrió más rápido que nuestros cuerpos, y nada pudo detenerlo. Mi voz te pedía clemencia, en el más absoluto silencio inhalando esperanzas, intentando resucitar lo que ya estaba muerto.  ¿Dónde quedó el sentimiento? ¿En que lugar del camino se perdieron?
Mueren lentamente las palabras y no salen ya de mis labios sedientos.
Se han evaporado entre arenas blancas, entre sabanas y almohadas, entre caricias en la alcoba entre las luces y las sombras.
La nada acompañó aquel momento, las frases se deshicieron en palabras y éstas se desgranaron en sílabas desmoronándose en vocales que desaparecieron dejando una oquedad tan grande que me hundí en el mutismo de versos.
Muda se encuentra las cuerdas de mi guitarra, ya no cantan ni los instrumentos, se han ido las palabras, se han escapado con el viento.
El vacío se ha instalado en mi boca, ya no hay conversación, ni recuerdos, se evaporaron en la última cruzada, las he desechado al destierro. 
¿Cómo pudo sucedernos? ¿Por qué no luchaste por retenerlo?
Se han escapado las palabras, ya no hay simultaneidad de movimientos, fue un saludo distante, una despedida sin fonemas, ni lamentos.
Gélidos suspiran mis labios, no pueden pronunciar voces ni ecos, estos serán mis últimos vocablos, ya no hay más intentos. A lo lejos las miro corriendo, ya no pueden detener el momento, el mutismo se ha cosido a mis huesos, les digo adiós y lloro a gritos para alzar mis sonidos al cielo.
Se escaparon las palabras, y tú no corriste a su encuentro, las dejaste morir, y no fuiste a su entierro.  Ellas te esperaban a cada paso, esperanzadas a que las reconocieras, pero tú mirabas hacia otro lugar, para ti no era más que agitados fonemas.
Se escaparon las palabras, yo las vi como se iban huyendo, incapaces de soportar la frialdad de ese momento. La gente viene y va, pero sus palabras se quedan en el recuerdo, somos lo que un día dijimos, somos nuestras voces y nuestros quejidos.
Se escaparon las palabras, así lo he sentido,  algo en mi interior ha muerto, algo en mi interior ha concluido.
                                                                       buscando lunas 29 de septiembre 2010

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